Tarima exterior, siempre espectacular
En la anterior publicación de nuestro blog os contamos acerca de las posibilidades que ofrece la tarima para la decoración de exteriores, así como los distintos materiales que suelen usarse. En esta, vamos a ofrecerte consejos para la limpieza y mantenimiento de tarima exterior de madera (si es sintética, no necesita ningún tipo de mantenimiento).
Todos ellos muy sencillos, ya verás.
Cómo realizar un correcto mantenimiento de tu tarima exterior de madera
Para el mantenimiento de la tarima exterior, recomendamos limpiar la superficie con agua y un cepillo.
Si la superficie tiene bastante suciedad, puedes frotar suavemente con una lija de grano fino sobre las manchas que hubiera.
A continuación, aplica con un rodillo de pelo corto o brocha, una mano —no excesiva— de aceite de Teka, que ayudará a mantener por más tiempo las cualidades estéticas de tu tarima.
Extiéndelo muy bien, de forma que se nutra completamente la madera, pero asegurándote de que no queden excesos ni pequeños charquitos de aceite.
¡Importante! En ningún caso se debes aplicar ningún tipo de barniz.
¿Por qué no? Pues porque esto haría que el poro de la madera se cerrase, cristalizándose la capa superficial, creando “película”, y como consecuencia, la madera cogería humedad por la parte inferior y nada por la superior, de modo que la tabla se descompensaría y se doblaría.
Para mantener la tarima exterior en perfecto estado, basta con repetir esta operación 1 o 2 veces al año.
¿Cuándo se recomienda hacerlo?
Lo ideal es que, en primavera, realices una puesta a punto antes del uso, y al final del verano —para limpiar después del uso—, hidrates y prepares la madera para el invierno.
Aparte, es recomendable regar la tarima exterior en los días de verano muy calurosos, de esta forma evitarás que la madera se reseque.
¿Cómo lo hacéis vosotros? ¿Conocéis algún truco? ¡Esperamos vuestros comentarios!
Y si no tienes tarima exterior en tu piscina, terraza, jardín… pero te encantaría disfrutar de ella, visítanos. Te asesoraremos encantados.