La mejor opción en cuanto a pavimentos se refiere para polideportivos y grandes gimnasios es la tarima maciza de 22 mm clavada sobre rastrel. Aunque también se puede instalar tarima flotante con sistema de clic sobre solera nivelada.
A los equipos que militan en las máximas categorías del baloncesto les exigen que los pavimentos que se instalen cumplan los ensayos y certificados de la FIBA. Por esto la tarima maciza Junckers es la mejor opción para este tipo de instalaciones.
La restauración de este tipo de tarimas se suele realizar cada 8-10 años, dependiendo del uso y del mantenimiento que se aplique.
Los pasos básicos para la restauración de la tarima de un pabellón deportivo son los siguientes:
Lijado. Se pasarán varios tipos de lijas, con diferentes fines. Las de grano grueso para quitar todos los daños que se hayan causado con el uso y posteriormente las de grano fino, que serán las que dejen la superficie lista para barnizar.
Barnizado. En primer lugar se le aplica un fondo tras el cual pasaremos la “matizadora” para quitar “el repelo”, dejando la superficie perfectamente lisa y fina. A continuación se aplican dos manos de barniz de poliuretano antideslizante.
Pintado de las líneas de juego. Una vez esté totalmente seco el barniz aplicado, se pintan las líneas de juego reglamentarias y en la mayoría de los casos suele pintarse el escudo del equipo o del pueblo en caso de que sea un polideportivo municipal.
Con estos tres pasos, volvemos a tener la tarima maciza del pabellón como el primer día. La reparación y el poder “reestrenar” tan fácilmente, son grandes ventajas de la tarima maciza.
En las foto, podemos ver los pasos del proceso en el Pabellón La Lobilla de Estepona.
El mantenimiento diario, es también muy simple, basta con pasar una mopa humedecida. En superficies muy grandes como es el caso de un polideportivo, también puede usarse una máquina industrial que vaya humedeciendo la superficie y pasar la mopa a continuación.